Existe una gran cantidad de patologías que pueden empezar por infecciones bacterianas o de otros microorganismos y llegar a afectar a cualquier zona de nuestro cuerpo. Básicamente, una infección es la invasión que ejerce un agente patógeno sobre un tejido sano, obteniendo gracias a este los medios necesarios para reproducirse y afectar cada vez más la salud de su huésped.
En las fases iniciales de este proceso, es probable que no lleguemos a notar ningún tipo de síntoma, pero, con el paso del tiempo, podrían llegar a presentarse enrojecimientos e inflamación de la piel y otros tejidos blandos; presencia de secreciones inusuales; fiebres y, por último, dolores de distinta intensidad. Sumado a ello, podrán presentarse otros signos, los cuales pueden variar en función del tipo de patógeno involucrado, así como su nivel de afectación.
Como es de esperar, las infecciones no son ajenas al ámbito de la salud oral. En este contexto, la caries es uno de sus tipos más conocidos y la enfermedad más frecuente que se presenta en la boca como consecuencia de factores externos. Esta suele producirse en pacientes que siguen rutinas inadecuadas o poco frecuentes de higiene bucodental. No obstante, el universo de las enfermedades que afectan nuestra boca y zonas contiguas es muy extenso.
Una de las alteraciones de salud que más a menudo afecta la piel de nuestro labio y pueden obstaculizar actividades comunes como hablar o comer, es la que conocemos como herpes labial o ampolla febril. A continuación, te explicamos en qué consiste esta molesta condición, detallamos sus posibles repercusiones y te planteamos el mejor medio para tratarla.
¿Qué es el herpes labial?
Esta enfermedad es producida por el virus de herpes simple, el cual se encuentra en alrededor del 60 % de la población mundial y se transmite de un huésped a otro a través del contacto de boca a boca o mediante el sexo oral; aun cuando no existen signos visibles de haber resultado contagiado.
Cuando esta infección se hace presente, es común que muchas personas no lleguen a presentar síntomas a lo largo de su vida; sin embargo, en la mayoría de los casos, ocasionará molestas ampollas llenas de líquido que generarán dolor e inflamación en los labios, así como el desarrollo de cuadros febriles y la presencia de hormigueos y picazón, entre otros.
El virus responsable de esta afección puede permanecer durante una gran cantidad de tiempo en un estado latente o de reposo, tendiendo a generar brotes aislados al reactivarse, los cuales pueden durar de dos a tres semanas si no se toman medidas para tratarlos. En la actualidad no existen medicamentos que puedan curar la infección y eliminar al patógeno causante de modo definitivo, pero contamos con varias acciones terapéuticas que ayudan disminuir sus efectos negativos y acelerar el proceso de recuperación.
El primer brote suele ocurrir a los veinte días de haber sido contagiado y será más doloroso y extenso que los futuros rebrotes. Cuando la enfermedad reaparezca es probable que traiga menos molestias y que las lesiones sean más pequeñas, pero que surjan en la misma ubicación.
Diagnóstico del herpes labial
El herpes labial normalmente puede autodiagnosticarse o, lo que es lo mismo, el propio paciente puede llegar a la conclusión de que está padeciendo la enfermedad al observar los síntomas que está presentando, ya que resultan muy característicos y son difíciles de confundir con los relacionados con otras enfermedades.
No obstante, siempre será recomendable asistir a un especialista en el área de salud oral o general ante la sospecha de padecer esta condición, pues ellos cuentan con los conocimientos necesarios para determinar los orígenes de tus síntomas. Estos profesionales podrán valerse de la observación clínica, así como la toma de muestras del tejido afectado y su posterior análisis en laboratorio, para llegar al diagnóstico acertado.
Cuando el herpes se presenta en niños menores de seis meses, es probable que las lesiones se extiendan más allá de los labios, pudiendo llegar a ocupar parte de la mucosa bucal e incluso las encías. Si la afección no se trata oportunamente en ese tipo de pacientes, sus consecuencias pueden ser muy dañinas para la salud. Sin embargo, algunos padres piensan erróneamente que se trata de aftas, de ahí que sea necesario que cuenten con la asesoría de personal del ámbito médico-sanitario.
¿Por qué aparecen los herpes labiales?
La probabilidad de que existan brotes de herpes labial aumenta cuando se dan ciertos factores internos y/o externos que modifican la respuesta inmunológica o al existir contacto con sustancias que irritan la piel de individuos infectados. Algunas de estas causas son:
Desencadenantes ambientales
Entre los desencadenantes ambientales resalta la influencia de la radiación solar, pues esta hace que la piel se reseque y produce quemaduras cutáneas, así como que fomenta la creación de citoquinas, las cuales son proteínas reconocidas como causantes de la activación del virus. Por otra parte, se ha identificado que los climas muy secos y extremos también propician este tipo de reacción.
Causas psicológicas
El estrés y la fatiga mental son alteraciones psicológicas que cualquiera puede sufrir en algún momento de la vida y ambas derivan en efectos perjudiciales sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo. Una forma en la que lo hacen es mediante la modificación de las capacidades de nuestros sistemas naturales de defensas, fomentando de este modo la activación del VHS.
Enfermedades comunes
Por otra parte, se estima que algunas enfermedades tales como fiebre, gripes o resfriados, pueden incidir en la aparición de brotes.
Tratamiento para el herpes labial
Como hemos comentado más arriba, los síntomas del herpes labial podrán desaparecer completamente, sin necesidad de llevar a cabo acciones específicas, al cabo de unos pocos días o semanas. No obstante, hay personas que pueden padecer de brotes de herpes muy recurrentes, así como muy dolorosos e incapacitantes, por lo que deberán tomar fármacos y/o preparaciones caseras que les aportarán grandes beneficios:
Utilización de fármacos
Desde el punto de vista médico, existen suficientes evidencias para señalar que los medicamentos antivirales logran disminuir la frecuencia de la reactivación del patógeno; así como que los analgésicos de venta libre ayudan a disminuir el dolor y los antiinflamatorios no esteroideos disminuyen la hinchazón y controlan la fiebre.
Medidas en casa
La medida doméstica más efectiva para lidiar con este tipo de infección consiste en la utilización tópica de sal común, cera de abejas o ajo directamente sobre las ampollas, como medio para secarlas y evitar la propagación del patógeno. En paralelo, las compresas frías pueden ayudar a mitigar la inflamación y el dolor, a la vez que eliminan las costras y asisten en la rápida cicatrización.
Cambios de estilo de vida
La mejor forma de actuar frente a esta afección es prevenirla al seguir un estilo de vida sano en el que abunde el ejercicio físico y la dieta equilibrada. Esto ayudará a que tu sistema inmunológico se encuentre en las condiciones óptimas para repeler el herpes y disminuir su reaparición. Por otra parte, es recomendable utilizar protectores solares que bloqueen los rayos ultravioleta, pues con esto se evitará el daño que puede producirse sobre la piel de tus labios.
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